miércoles, 18 de abril de 2018

Entrevista - Ovidio Villeda Moscoso

Ciudad de Guatemala.
18 de marzo de 2018.

Entrevistadores: David Bolaños y Henry Molina.





Transcripción:

David Bolaños: Don Ovidio, le voy a hacer unas preguntas con relación al tema del diseño de la moneda de 25 centavos que salió a circulación en 1960. Quisiera que nos contara ¿cómo surgió la oportunidad de diseñar esta moneda?

Ovidio Villeda: Pues, la gerencia me encarga elaborar el dibujo para la acuñación de la moneda de 25 centavos. Y previamente, había 3 fotos que la gerencia presentó a la junta monetaria, que aprobó, con la recomendación de que elaborara un dibujo que resaltara las características de una indígena, genuina, maya.

D.V.: ¿Eso fue lo que el Banco le pidió?

O.V.: Esa fue la recomendación. Cuando recibí las fotografías, pues, presentí que tenía que documentarme para descubrir esas características y poder combinar de las fotografías, qué resaltaba. Me acerqué a Tikal. Después de andar en el museo natural de historia, pero lo que veía ahí era escultura y la escultura yo no recogía algo que me confirmara que los mayas eran así. Porque veía que la frente, que la nariz. Y entonces fui a Tikal, que ya se habían expuesto en forma monumental el templo y la parte de Tikal. Ahí estaban trabajando, pues, antropólogos, y les expuse que dónde podía obtener información. Ellos me dicen, mire, hay un documento, una obra, del antropólogo, o arqueólogo Sylvanus Morley, graduado en Harvard, que tiene más de 14 años de estar investigando a la cultura maya en toda la parte de Yucatán. Y regresé, le solicité al Banco que me comprara la obra. A Través de la biblioteca me compra la obra y, ahí sí que, la desmenuzo. Mire, estaba toda la información que me permitía a mí aclarar mi visión. Perfectamente. Entonces, cuando elaboro el dibujo, de las tres fotografías, ¿verdad?, hay una que sí porta bastante, describe bastante las características mayas. Una. Las otras dos yo derivé que tenían más características que yo le llamo latinas. Y ese término latino, pues, lo ubico antes como cuando se decía ladino, ¿verdad? Es decir que es un mestizaje fuerte, ¿verdad? Entonces, cuando elaboré el dibujo lo presenté a la gerencia, pero hay un documento descriptivo. Hay documento descriptivo. Y resulta que cuando lo presentó la gerencia a la Junta Monetaria, en la sesión, pues, la información que tuvieron les permitió una aprobación, pues, unánime. Después de esa sesión, el secretario me comunica que había sido una sesión, pues, él la entendió muy buena porque no hubo discusión, les pareció. Dos dibujos presenté. Les pareció y seleccionaron uno u otro. Para mí era indiferente, porque las características, era un pequeño cambio de perfil, nada más. Y entonces me dice, mire, la Junta Monetaria lo aprobó unánimemente, y algo más, me dijo, me instruyó para que le envíe una nota de felicitación y se me envió la nota de felicitación, resaltando mi responsabilidad y la forma serie en que yo había interpretado el mandato de la Junta.

D.V.: ¿Cuál fue su inspiración para el diseño? ¿Cuáles fueron los rasgos que usted encontró en esa obra?

O.V.: Los rasgos que yo recogí y que después lo compruebo, porque una cosa es que se diga y otra es comprobarlo. Comprobé que en la población de Cobán, en la población de occidente, todo occidente y área de Petén, esos rasgos existen en una población fuerte. Que era una cara redonda, dice (el documento descriptivo), redonda, ¿verdad?, esto era consecuencia que la frente no es muy alta, ¿verdad? La nariz decía que era achatada. El ojo tenía un rasgo hacia abajo, hacia abajo, ¿verdad?, que le daba una expresión muy especial. Y en el documento yo recuerdo leer que él (Morley) deducía que ese rasgo sólo lo había encontrado no sé en qué parte, posiblemente, en oriente y predecía él que posiblemente el estrecho de Bering no estaba inundado y era posible que los mayas hubieran emigrado y establecerse en este territorio a través de él. Pero es una expresión no confirmada, ¿verdad?

D.V.: ¿Las fotos de quién las recibió? ¿Sabe quién tomó esas fotos?

O.V.: Sí, a mí me dijo la gerencia que las había tomado Bayron Zadyk. Las fotos son de estudio. Ahora, no supe cuántas fotos tomó. Me presentaron tres, pero yo supongo que tomó más fotos, ¿verdad? Ahora, la gerencia seleccionó tres y esas tres son las que presentó a la Junta para que las analizara y la Junta recomienda a la gerencia que con base en esas yo hiciera una abstracción de características. Después de leer yo y tener la información de las características mayas, como les comentaba: el rasgo del ojo, el pómulo resaltado, verdad, resaltado. Y La boca también resaltada. Con una quijada corta, me decía ahí, la quijada es corta, que sugiere una pequeña papada.

D.V.: ¿Esa era la descripción del documento?

O.V.: Esa era la descripción del documento. Eso, lo fui a Panajachel, fui a Sololá, fui a Totonicapán, fui a Quetzaltenango, en Cobán y esas características existían en una población grande. Eso me confirmó a mí que esa era la raza maya. Esa era la raza maya. Y entonces traté de llevar el dibujo a esa impresión. Y hay un documento descriptivo que también forma parte de ese diseño. Yo no lo tengo, porque no tengo la copia. Ni la nota, porque se perdió. Y ya con eso se imprime, ¿verdad? Se elabora el troquel y la casa de moneda ya estaba establecida con un equipamiento lo mejor que se podía para el Banco en esa oportunidad, con intención de ofrecer acuñación a nivel centroamericano.

D.V.: ¿Cuánto tiempo se llevó usted desde que recibió la orden o la invitación para poder realizar este diseño, hasta su entrega final?

O.V.: Bueno, yo recuerdo, no estoy muy claro, pero yo deduzco que no pudo haber sido veinticuatro horas ni un mes. Yo me recuerdo que fue más de dos meses el haber hecho la investigación. Ahora, yo con esto, un dibujo como este era trabajo para dos días. Dos, tres días, ¿verdad? Hacer un dibujo. Pero ya teniendo toda la información. Yo recuerdo que posiblemente, antes de que se hiciera el proceso ante la Junta, creo yo que la gerencia me había sugerido, en otras palabras, prepárese, ¿verdad?

D.V.: ¿Usted trabajó en el Banco de Guatemala?

O.V.: Sí, yo trabajé. Tenía tres años de estudios en ingeniería y trabajaba como dibujante en la dirección general de caminos porque era la institución más ventajosa para un estudiante de ingeniería. Lo llevaban y lo traían a uno. Pero el Banco me hizo oferta de la posición de dibujante, que era parecido a lo que tenía en caminos, ¿verdad? Dibujante. Entonces me interesó porque la escuela me quedaba a cincuenta metros y yo ganaba noventa Quetzales en caminos y el Banco me ofrecía ciento veinticinco. En esa época, veinticinco Quetzales era dinero, ¿verdad? O sea que me permitía holgadamente cubrir mis estudios de ingeniería. Luego, después de eso, ya me hice cargo de las unidades de fotografía, de la unidad de imprenta, para publicar los documentos de Banco, elaborar las unidades de cheques, todos los documentos y por eso es que yo, pues, me voy ampliando en mi trabajo, porque fue incorporando trabajos que se hacían en la calle, que el banco los requería fuera de la institución y me los fueron dando en parte por seguridad, ¿verdad? Era conveniente para el Banco que fuera dentro de la institución que se elaborara todo el trabajo que se podía. A partir de entonces, pues, ya yo dejé ingeniería y se establece la facultad de arquitectura en el edificio de ingeniería. Y me paso a arquitectura. Conforme fui desarrollando mi carrera e implementando mis conocimientos en el campo de la arquitectura adquirí otras obligaciones. Pero yo me recuerdo que en esa fase de la moneda elaboré el logotipo del Banco, elaboré algunos otros documentos. Me recuerdo que hay hasta un logotipo de la Asociación de Empleados del Banco para celebrar el primero de julio. Tengo un certificado donde participo en la elaboración, en un concurso, ¿verdad? Gané el concurso y se me adjudica el crédito. Y de ahí, pues, ya con los conocimientos y mi preparación en el campo de la arquitectura ya entro a un nivel en donde se me permite absorber todo lo que era, en conjunto con otro compañero arquitecto, Guillermo Gomar. Se forma la unidad de mantenimiento preventivo de todas las agencias del Banco Central y absorbemos ya todo lo que es construcción, también. Lo incorporamos. Y la idea era mantener los edificios como si se hubieran hecho un día antes, ¿verdad? Esa era la intención. Estaba Quetzaltenango, Totonicapán, las 22 agencias departamentales. Y ya después, pues, ya participo a un nivel más complejo porque ya participé en la decisión del Centro Cívico, que al construirse el Banco de Guatemala, en la unidad, que formó parte de una intención de que el Banco y los gobiernos insistieron en que tanto el Banco como el Crédito Hipotecario, que correspondían a una posibilidad de que el banco los conformara. Se construye el Banco de Guatemala, el Crédito Hipotecario, ya había una plaza formada. Luego viene la intención de que se complemente el centro cívico. En eso había ya un proyecto combinado con obras públicas, la municipalidad y participa el Banco de Guatemala en ese proyecto, entonces yo acompañé al presidente del Banco, Augusto Contreras Godoy, al vicepresidente del Banco, ingeniero Ricardo Barrios Peña, el presidente (del país) era Arana Osorio y nos autoriza la construcción de la Corte Suprema de Justicia. Tengo ahí un recorte de prensa que se los puedo mostrar. Está documentado. La fecha en que el gobierno autoriza el complejo del Organismo Judicial, el Ministerio de Finanzas, ¿verdad? Ahora, quedó pendiente para esa fase la integración de la municipalidad con la plaza del Banco de Guatemala. Yo elaboré un anteproyecto para integrar la municipalidad, pero no a nivel de pasarelas sino que fuera una plaza, de la municipalidad, que se integrara el Teatro Nacional y que se integrara la plaza del Banco de Guatemala. Hay otra intención que traté, ¿verdad? Ya formado el Centro Cívico, pues yo lo veía como una ciudad muerta los fines de semana. Entonces la intención era que en alguna forma, pues. Recuerdo que la sexta avenida había sido un paseo que era de conexión y de integración de la sociedad en Guatemala, porque después de las cinco de la tarde, seis de la tarde, ahí hasta los bomberos pasaban por la sexta avenida. Pero, era un ambiente de comunicación, ¿verdad? Entonces, la intención mía era que en esa plaza en alguna forma, pues, ver si se lograba ese movimiento humano, ¿verdad? Y propuse que a nivel de la plaza abajo hubiera 2 niveles, que el Banco, no estaba claro que servicios podía dar. La intención es que se ubicaran los servicios apropiados para atraer el fin de semana. No se logró. Pero para navidad yo procuraba que hubiera un ambiente e iluminaba el edificio. Todos los años se hacía una iluminación. No sé si ustedes las vieron o alguno recuerda. Pero el Crédito Hipotecario, el Banco de Guatemala y el IGSS, sólo la municipalidad no, posiblemente no nos ayudó mucho en la iluminación, pero el IGSS, el Crédito y el Banco de Guatemala formaban una atracción para navidad, ¿verdad? Hay fotos, hay documentos míos que se los puedo dar.

D.V.: Tenemos conocimiento también que usted participó en el diseño de la moneda de 50 centavos que se emite en 1962.

O.V.: Sí, esa moneda, también hice el dibujo. La recomendación es que fuera la Monja Blanca. Hice el dibujo y se acuñó la moneda. Pienso que el nivel alto de aleación en plata de la moneda como que fue muy atractivo y desaparecían las monedas, ¿verdad? Desaparecían. Entonces, pues, el Banco lo que hizo fue retirar esa acuñación y emitió nuevamente el billete.

D.V.: ¿Usted tuvo alguna participación en Casa de Moneda?

O.V.: No, en la Casa de Moneda, no. En ese período que yo estaba ya en el Banco, ya estaba la Casa de Moneda. Pues, no estaba construida pero ya estaba todo decidido. Yo conocí la Casa de Moneda cuando ya estaba acuñando. Me invitaron para que yo hiciera una visita, pues, informativa, ¿verdad? Que viera el proceso, que tuviera conocimiento del proceso de acuñación, cómo llegaban los lingotes, el proceso de fundición, la preparación del material para la troquelación, la forma de troquelación. Pero no participé en eso.

D.V.: ¿Alguna vez recibió algún reconocmiento o alguna mención por ese aporte valioso que ha hecho a la numismática de Guatemala?

O.V.: No, porque, pues, esto que ha aparecido en consecuencia. Es decir, que he llegado a aparecer yo como parte, creo yo, es consecuencia de un documental, que lo presentan en canal 7 y que el presidente Álvaro Arzú da un reconocimiento a la señora. Es cuando yo supe, a través de mi hijo Rony Villeda, que se le estaba dado un reconocimiento por ser ella la que había sido seleccionada por el Banco. Su fotografía había sido seleccionada por el Banco para que se elaborara el dibujo de la moneda. Entonces, yo no lo consideré procedente de mi parte, pues, intervenir o aclarar o hacer alguna aclaración, porque consideré que era la institución la llamada a hacer, pues, a aclarar esto. Y entonces, creo yo que como consecuencia, dio como resultado una investigación del Banco. Y deduzco que fue consecuencia, porque la investigación es exclusivamente para la historia de la moneda de veinticinco. Entonces el Banco elabora la investigación y al final, final, final de todos los procesos de acuñación, aparezco yo como autor del dibujo. Ahí arranca mi exposición como intervención en este caso.

D.V.: ¿Usted no vio personalmente a las modelos?

O.V.: No, yo no la conozco, ni he querido, para no tomar partido en esto, porque sigo creyendo que le corresponde al Banco cualquier aclaración al respecto. Yo lo que he hecho es, cuando me han entrevistado, es comentar lo que yo hice con respecto al dibujo, ¿verdad?, y mi trabajo en el Banco, que yo alcanzo en el Banco. En el banco entré como dibujante con la escala más baja, que era como de cien Quetzales, y de ahí alcanzo la subdirección del servicio administrativo, que ya era un puesto completamente administrativo, que al año, pues, yo consideré que ya había alcanzado la cúspide, que más en ese campo, tal vez, me era un horizonte más grande fuera del Banco. Presenté mi renuncia. Inclusive tuve que pedir apoyo para que me la aceptaran porque me era difícil la decisión, pero sí, me retiré del Banco, que fue en 1979. En septiembre del 79 me retiré del Banco. Pero el Banco es, pues, una institución que me formó.
D.V.: Con relación al traje que tiene la indígena en el dibujo que usted hace para la moneda de veinticinco centavos. Ese traje, ¿usted se basó en algún traje en específico o también es una abstracción de todo lo que usted pudo investigar?
O.V.: No. Fíjese que el traje lo conservé (del diseño anterior) porque vi que los sectores según… la Alta Verapaz, Quetzaltenango, tienen trajes especiales cada grupo, ¿verdad?, y entonces consideré que el de Santiago Atitlán, ¿verdad?, era vistoso. En las fotos. De esos sí deduje todo (el traje). En las tres fotos está con lujo de detalle el tocoyal. Lo vi muy bonito, lo vi que había que conservarlo. Ahora, históricamente, no creo, pues, son atavíos que van cambiando con la época, se van perfeccionando y que los va aceptando la sociedad, ¿verdad? Pero no tengo historia de cuándo se empezó, no.

D.V.: ¿Qué siente usted, hoy, cuando ve sus diseños en la moneda de veinticinco y cincuenta centavos?

O.V.: Pues, fíjese, que me conforta, porque yo tenía 24 años cuando ese dibujo de la moneda. Y al ver la figura que resalta las características, pues, para la edad que tenía, creo que mi trabajo lo hacía con atención y devoción. De ahí, pues, esa conducta me valió en el resto de mi vida, porque cuando salí del Banco, ya en la vida privada, monté mi oficina, me dediqué a la construcción. En la parte constructiva, por ejemplo, hice cuestiones residenciales. Pero, donde yo me dediqué con más, porque me gustaba mucho lo que es madera, elaboré un proyecto de tabicación y todo lo que es soporte interior para oficina, un sistema modular que tomé como base lo que era el Lego, que es una pieza, que conforme lo mueve, le da resultados diferentes. Pues con base en esa idea elaboré un diseño que por más de treinta años se explotó en Guatemala. Monté las oficinas principales a nivel nacional, con ese sistema. Y últimamente, hace un año, tuve que cerrarlo porque la empresa la tenía en la 13 calle, Atanacio Tzul, pero que alcanzó una especulación y yo ya no alcanzaba a cubrir la intención de renta que se requería. Que pagaba como sietemil Quetzales y ya había ofertas de más de veinticincomil Quetzales, treinta, no sé. Entonces, tuve que cerrar. Y ahora estoy revalorando, para instrumentarme en procesos de actualización con los soportes técnicos que hay en diseño y dibujo digital, ¿verdad?

D.V.: ¿Nos puede usted describir los diseños que hizo, las partes que tienen sus diseños de la moneda de veinticinco y cincuenta centavos?

O.V.: Sí, por ejemplo esta, ¿verdad?, la de veinticinco. Por ejemplo, acá puede ver usted las características que resalté. Por ejemplo, de las 3 fotografías, esta fotografía sí tiene las características que se expresan de los mayas.

La quijada corta y sugiere una pequeña papada, los labios prominentes, la nariz definida pero un poco achatada si se ve de frente, el ojo tiene un rasgo hacia abajo, la frente es corta, ¿verdad?

En estas dos fotografías yo digo que son más dominantes las características latinas. Mire el pómulo, no es resaltado, más bien es todo lo contrario, ¿verdad?; La nariz es bastante definida, no es chata; La boca no está pronunciada; La quijada es más larga, ¿verdad? La frente sí sigue, pero no hay rasgo del ojo.

En esta otra no hay rasgo del ojo, no hay pómulo resaltado. Ella todavía tiene una quijada más corta, ¿verdad? La boca todavía es más pronunciada. Pero, qué le dijera yo, no puedo recoger con fidelidad los rasgos de estas dos fotos. Ahora, el tocoyal, lo tomé, como para perpetuarse. Ahora, como le decía yo, al describir el dibujo, resalte de las tres fotos, lo que es el tocoyal. De las características, sí, como le digo, esta foto sí. Y como puede ver, las tres fotos son de estudio, bien elaboradas. No son accidentales o en la calle o algo así.

D.V.: Utiliza la colilla larga del tocoyal. ¿Por qué? En las fotos no está larga.

O.V.: Sí, porque en la moneda anterior, y lo describo, el diseño sí tiene un penacho, que yo lo tomo y lo estilizo.

D.V.: Entiendo. ¿Y en la moneda de 50 centavos?


O.V.: La moneda de 50 centavos resulta que fui a comprar una monja blanca. En, creo que se llamaba… un parquecito, Isabel la Católica creo que se llama, en el inicio de la décima… novena avenida, y ahí había un vivero exclusivo de orquídeas, ¿verdad? Y adquirí la que mejor estaba ahí y me la llevé y con base en eso... Yo recuerdo que traté de resaltar la figura de la Monja, ¿verdad?, pero también parte de cómo se forma, o sea, que tiene unos, como, qué le dijera yo, como tubérculos, ¿verdad? Que de ahí nace la flor. Entonces, esa la resalté y pues la aprobó la Junta Monetaria también. No hubo ningún problema. Sí. Y si apareciera algo, posiblemente, el Banco tendría que hacer otra investigación exclusivamente para la ficha de cincuenta, si hubiera interés, pues, en el proceso, ¿verdad?

Henry Molina: Bueno, Don Ovidio, yo me quiero meter un poco más en el asunto del diseño, de las fotografías. Usted recibió tres fotografías. Usted nunca conoció a la persona, ¿verdad? Nosotros creemos que una de las modelos es doña Concepción. Nosotros queremos saber más. Yo, personalmente, quiero saber más su opinión acerca de doña Concepción.

O.V.: Pues. Yo no la conozco a ella. Personalmente no la conozco. Hay un documento que me obsequió El Gráfico cuando hizo esa documentación. Pero, consideré que la historia que ella estaba cultivando y que había sido ya consecuencia publicitaria, ¿verdad? Y los, qué le dijera yo, los beneficios que ella venía alcanzando, consideré no prudente desbaratar esa historia. No lo consideré, porque me hubiera sentido mal. Me hubiera sentido mal en desbaratar ese trabajo. Ella ha alcanzado beneficios, que no es correcto. Su esfuerzo, pues no. No me atrevo a decir. Todo lo que digo es si alguna de las fotografías de ella, correspondieran a las dos que están, pero los rasgos que presenta acá ella, corresponde a una mestiza, no con la primera generación. Yo estoy leyendo lo que dice ella, que la abuela, se puede decir, ya era mestiza. O sea que estamos hablando de una tercera generación. Que la abuela de ella era latina-indígena. Y después viene ya otra generación que ya son latinos. Lo derivo por los apellidos, ¿verdad? Derivo que los apellidos son latinos hasta la posición de ella, ¿verdad? Que son latinos. Y entonces no puedo certificar, no tengo la capacidad de certificar yo que ella sea latina o maya. Pero lo dejo a criterio de ustedes, que analicen las características de ella, si son legítimas mayas o hay, qué le dijera yo, o se han mitigado las características, ¿verdad? Pero, yo podría dar mi criterio, ¿verdad?, pero ustedes que están en este campo (numismática) analícenla a ella si le corresponde o no, ¿verdad? Porque mi criterio es uno, ¿verdad? Pero en este caso yo diría que sería la institución del Banco a la que le corresponde esto. Porque mi exposición es una, pero, daría lugar a complicaciones y ella ha alcanzado… Fíjese que hay un decreto gubernativo que lo describe, que le da el mérito de emblema… ¿cómo es? Que la ubica como símbolo… nacional, ¿verdad?, el decreto. Pero eso no, no sé cómo calificarlo. Pero desde mi punto de vista sí es improcedente, porque a los mayas les corresponde reclamar sus características, que son las que la intención de la junta monetaria, era, precisamente, dejar estereotipado, permanentemente esas características para que en un futuro cualquier arqueólogo, cualquiera, qué le dijera yo, dedicado a la arqueología, quisiera resaltar las características mayas. Si se perpetúa otra figura que no le corresponde a los mayas, pues, complica las cosas, ¿verdad? Históricamente, porque se tomaría un perfil latino. Lo tomarían, y como registro histórico, pues, yo considero que debe validar la verdad.

H.M.: Está bien. ¿En qué año hizo el diseño?

O.V.: Yo me remito al documento que publicó el Banco, porque ahí está. Creo que fue en 1959 cuando la Junta Monetaria da el visto bueno y recomienda, pues, que los dibujos formen parte para la acuñación de la moneda. No hay un más allá. Y por eso es que el Banco, también, certifica que fui yo el que elaboré el dibujo. Es posible que yo voy a hacer una nota al Banco, si es posible, pues, que me dé una copia del documento con que yo acompañé los dibujos, ¿verdad? Porque ahí está. Es descriptivo.

H.M.: ¿Usted conoció a Alfredo Gálvez Suárez?

O.V.: No, no lo conocí. Pero conozco su obra. Él estaba… Lo consideré como el mejor acuarelista del Banco de Guatemala. Hubo una oferta de la obra de él, de las acuarelas de él, que fueron la base de los murales del Palacio Nacional y yo recomendé al Banco que la adquiriera y la adquirió. Pues, el trabajo de él como acuarelista, impresionante. Pero no lo conocí en persona.

H.M.: Es que le preguntaba porque en el documento decía que él había elegido a la modelo, pero había ahí el pequeño desfase de años, porque ella no tenía la edad correspondiente y todo eso.

O.V.: Él ya había muerto. No sé en qué año murió, pero ya no existía él.

H.M.: 46 murió él. Yo algo que tengo duda, un poco, es, las modelos eran niñas, 17, 18 años. Pero el diseño parece una mujer mayor.

O.V.: Sí, la idea del diseño era resaltar las características, ¿verdad?, y en cierta forma no dar una edad tan joven, sino de una madurez que ya estaban definidas todas las características mayas, ¿verdad?, con esa expresión. Considerando, pues, que la infancia del adulto termina a los 18, 20 años, ¿verdad? Entonces, la idea es dar la impresión de una edad ya madura, completamente, 22 años, ¿verdad? Porque las facciones, pues, pensando en que el hombre alcanza madurez biológica a los 18, 20 años. Entonces no era la expresión de una niña, ¿verdad? Forma parte. Esta habilidad, esta visión la alcancé porque parte de mi hobby era dibujar fotografías, retrato. Me gustaba el retrato a lápiz y con espumín. Entonces, afiné la vista, digamos, o sea, para ver cómo un pequeño movimiento del ojo, cómo un pequeño movimiento de la nariz o de los pómulos daban características tan diferentes que difícil que una persona se parezca a la otra. Tenía cierta habilidad como para descubrir, digamos, gestos. Sí. Pero sí, tiene razón, la edad no corresponde a las dos fotografías, como puede ver. Porque las fotografías de ella... Y pienso que al igual que todos nosotros, ¿verdad? Tenemos un canon de belleza, que comparamos qué nos gusta, ¿verdad? Y le voy a dar otro tip. Fíjese que Bayron Zadik, las fotografías que tomó, trató de tomar las más bonitas, desde su punto de vista, ¿verdad?

H.M.: ¿Era Byron o Julio?

O.V.: Bayron Zadik creo que era. No estoy seguro. Ahora sí me puso en duda porque yo me recuerdo que se llamaba Bayron Zadik por la litografía, pero no recuerdo si era el nombre de él.

H.M.: El documento dice Julio.

O.V.: Entonces es el que vale. Es el que vale, sí. Porque yo lo conocí a él en persona porque inclusive me hizo algunos trabajos de impresión en la litografía de él, cuando todavía era de él, porque después lo compra creo que Cajas y Empaques de Guatemala, una empresa salvadoreña, adquiere la litografía.

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